Cuando descubrí que un garbanzo se había convertido en un balón oficial mi vida rebobinaba a una ilusión de vida. Si, soy un niño, es más, siempre lo he sido. Siempre me ha gustado tener ilusiones, proyectos, dirijo mi vida a lugares desenfadados en mi dirimir diario y no vivir engullido en la rutina y en ser un adulto egoísta egocéntrico y consciente, envidioso, rácano o vengativo, donde la sociedad te engulle con sus dientes afilados.
Si, soy un niño, es más lo soy. Viajo a 56 años y en breve vuelo para disputar mínimo 3 partidos oficiales de un Campeonato de España de Fútbol-Chapas. Curiosamente si sumo las cifras suman 14, una edad que recuerdo a la perfección. Veo en mis ojos aquellas porterías fabricadas artesanalmente, aquellas chapas buscadas en la basura de fábricas, aquel garbanzo que se dirigía donde le venia en gana, aquel frío suelo, aquellas luchas encarnizadas, aquel portero de caja de cerillas relleno de cera, aquella copa que era nuestra ilusión. Era un niño. Un niño feliz con nada. Bueno casi nada, tenia mis chapas con mis futbolistas de la época cortados con una moneda de 5 pesetas. Que ilusión más bonita.
Fue una época inolvidable en mi vida. Siempre la he recordado, Siempre he tenido aquellas vivencias muy presentes. Quiero seguir siendo un niño y seguir teniendo esas ilusiones. Siempre ha sido mi proyecto. Hoy vuelo hacia un Campeonato de España de Fútbol-Chapas.
Cierro los ojos y recuerdo. Lo veo. Ha sido fuera, no!! falta!!! no la ha tocado. El garbanzo rueda a su aire. Las chapas eran mi tesoro. Que fría están las losas del suelo, hoy. Mi caja de zapatos llena de equipos recortados con una moneda que era mi herramienta de trabajo. Con que cariño estaban esas porterías realizadas. Que ilusión. Era un niño.
Nunca pensé, ni por asomo, que esa ilusión volvería 41 años mas tarde y me convertiría otra vez en un niño ilusionado. 41 años!!!! lo que ha llovido. Si, soy un niño, es más lo soy. Hoy vuelo con la ilusión para jugar mínimo 3 partidos oficiales de un Campeonato de España de Fútbol-Chapas. No doy crédito. Que bonito es ilusionarse. Jamás con aquel garbanzo inolvidable entre mis manos podía pensar que algún día jugaría con un balón oficial, encuentros oficiales y que tendría esa niñez tan presente. En breve vuelo convertido en niño. Gracias a la vida por dejarme sentir tan fuerte y revivir aquellos años tan maravillosos de lo más grande de la vida. Ser un niño.
Ser adulto es abominable. Debo serlo, pero no quiero serlo. Quiero ser niño, es más lo soy. Sigo recordando aquella libreta llena de resultados, aquellas peleas sanas y limpias, ese olor a cera de aquellas velas, las cajas de mistos que se convertían en porteros. Que ilusión. Era un niño.
Hoy vuelo hacia un Campeonato de España de Fútbol-Chapas, clasificado por derecho en mi competición doméstica y le doy gracias a la vida por dejarme disfrutar y recordar, como un niño, de aquellos momentos tan mágicos. Vuelo hacia un reglamento oficial, un campo de moqueta moderno, porterías de ensueño, marcador electrónico y árbitros oficiales. Que bonito es ser niño!!! Y vuelo con mi garbanzo en el bolsillo. Soy un niño. Y espero serlo siempre.
41 años después soy jugador federado, pero sigo jugando como un niño, porque lo soy. Una ilusión que la vida me ha puesto de nuevo frente a mi. Hoy vuelo hacia un Campeonato de España de Fútbol-Chapas y jugaré con jugadores de calidad y entrenados pero no lo cambio por nada del mundo por mis amigos Obdulio y Salvador, a los que solo nombrarlos se me caen las lágrimas, por haber vivido junto a ellos una parte de la vida muy entrañable. Soy nostálgico. Si. Porque fui muy feliz. Y porque soy un niño. Y espero serlo siempre.
Mi garbanzo estará en un Campeonato de España de Fútbol-Chapas. Una vida entera ha pasado en medio. Que ilusión mas grande. Soy adulto lo sé, y estoy engullido en una sociedad con dientes afilados, pero disfrutar y recordar e ilusionarme no tiene parangón. Y espero que la vida me de fuerzas para estar siempre ilusionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario